Planificar el currículum escolar o, si se prefiere, planificar la enseñanza, es algo más que establecer objetivos, contenidos, métodos y criterios de evaluación.; significa pensar, valorar y tomar decisiones acertadas, entre otras cosas, sobre situaciones cotidianas, sobre posibles acontecimientos imprevisibles, sobre un colectivo de personas agrupadas según su edad, en un espacio llamado aula, personas que son niños y niñas con un nombre y con un rostro que a veces denotan alegría, o aburrimiento, y en ocasiones cansancio. También planificar el currículum escolar significa, a veces pensar en el patio de recreo, en libros y cuadernos, lápices, pizarras, videos, computadores, etc. Y, también forma parte del currículum escolar el conjunto de experiencias y vivencias públicas y privadas compartidas entre ellos cada día de clases, durante cinco días a la semana, durante diez meses del año y durante bastantes años de escolaridad.
La planificación del currículum, en cualquiera de sus niveles tiene un carácter de proyecto público, en el que se invierten medios y recursos, que trata de desarrollarse en forma sistemática, incluso, y en alguna de sus facetas es necesario explicitar y justificar socialmente. “Ese es el sentido de que ese proyecto educativo y cultural se planifique en cada uno de sus niveles, y se haga público: porque en una sociedad democrática un currículum escolar es básicamente una propuesta cultural sometida a valoración, a crítica y, por sobre todo a mejora” (Angulo y Blanco: 2000).
Planificar el currículum es, sobre todo, reflexionar, debatir y tomar decisiones fundamentales sobre lo que las escuelas enseñan, de lo que podrían enseñar o de lo que no enseñan; reflexionar, en suma, sobre el contenido cultural y social – y no exclusivamente académico – del currículum y ello, entre otras cosas, supone poner sobre el tapete el significado ideológico – y conflictivo – del currículum, de nuestro trabajo y de la propia escuela.
“La planificación de la enseñanza por parte de los profesores ha sido uno de los temas más tratados en la literatura pedagógica bajo la hipótesis de que una buena enseñanza comienza por una buena planificación escrita o que una buena planificación es condición necesaria para una buena enseñanza” (Román y Diez: 2000).
Personalmente creo que la calidad de lo que sucede en el aula, la calidad de la enseñanza y la calidad de los aprendizajes, la calidad de un trabajo bien hecho, ya sea del profesor o del alumno, la calidad de las relaciones entre las personas en la escuela o en un curso, básicamente son un estado o situación que no deriva necesariamente en un documento bien escrito y fundamentado, y sí es consecuencia de un pensamiento, de una reflexión y un debate colectivo comprometido y fundamentado sobre el propio trabajo. En otras palabras, considero que nos encontraremos frente a una buena enseñanza en la medida en que tras ella haya buenos profesores y profesoras, no solo objetivos, contenidos, métodos y criterios de evaluación bien formulados y ordenados.
Saber que enseñar no es transferir conocimientos, sino crear las posibilidades para su propia producción o construcción (Freire: 1999)
sábado, 1 de agosto de 2009
PROFESOR MEDIADOR Y EL CURRICULUM
Desde este modelo el currículum es una herramienta educativa fundamental, como selección cultural y cuyo contenido e implementación práctica debe orientarse hacia el desarrollo de capacidades y valores que actúa como los fines de la educación y de los contenidos y los métodos de aprendizaje que operan como los medios para el logro de dichos fines o metas. Esta selección de la cultura social e institucional debe realizarse con la participación activa de todos los involucrados, incluyendo por supuesto a los estudiantes.
Los elementos fundamentales del diseño curricular de una unidad de aprendizaje y tema son los mismos que los del currículum nuclear o general, basado en la teoría curricular del modelo socio-cognitivo: capacidades y valores como fines, contenidos y métodos como medios. Conservando en la práctica la subordinación de la enseñanza al aprendizaje, como un modelo de enseñanza centrada en procesos y orientado al desarrollo de capacidades y valores. Las metas o fines fundamentales como capacidades/destrezas y valores / actitudes. El primer paso en la secuencia de aplicación del Modelo socio cognitivo es:
Identificar las metas o fines fundamentales del currículum como capacidades/destrezas y valores/actitudes (perfil de competencia profesional). Identificar los conocimientos o contenidos conceptuales.
Identificar los métodos de aprendizaje.
Elaborar las actividades como estrategias de aprendizajes.
Organizar los contenidos usando la arquitectura del conocimiento.
Concensuar los criterios para la evaluación diagnóstica, formativa y sumativa.
Una vez identificados los cuatro elementos fundamentales del currículum para el diseño de una unidad de aprendizaje, se puede recurrir a la técnica del modelo T que permite integrar a las capacidades/destrezas, valores/actitudes, contenidos y métodos de aprendizaje en una sola página. Esta técnica permite que los cuatro elementos básicos del currículum sean percibidos de una manera global y desde la cual el profesor/a y el alumno/a puedan construir una imagen mental útil para su actuación de una unidad de aprendizaje o tema.
En este modelo curricular se integran los elementos básicos de la cultura institucional y se facilita su desarrollo, generándose una nueva lectura de la visión y la misión institucional, adecuándose estas a la sociedad del conocimiento donde se manejan códigos y lenguajes actualizados; esto implica una nueva lectura del Proyecto Educativo Institucional (PEI).
Finalmente, el uso de este nuevo modelo curricular propicia la transición desde una escuela conductista centrada en la enseñanza, a la Escuela Refundada en el marco de la sociedad del conocimiento, centrada en el aprendizaje, cuya visualización se concreta en el desarrollo de herramientas para que los alumnos y alumnas aprendan antes y mejor.
Los elementos fundamentales del diseño curricular de una unidad de aprendizaje y tema son los mismos que los del currículum nuclear o general, basado en la teoría curricular del modelo socio-cognitivo: capacidades y valores como fines, contenidos y métodos como medios. Conservando en la práctica la subordinación de la enseñanza al aprendizaje, como un modelo de enseñanza centrada en procesos y orientado al desarrollo de capacidades y valores. Las metas o fines fundamentales como capacidades/destrezas y valores / actitudes. El primer paso en la secuencia de aplicación del Modelo socio cognitivo es:
Identificar las metas o fines fundamentales del currículum como capacidades/destrezas y valores/actitudes (perfil de competencia profesional). Identificar los conocimientos o contenidos conceptuales.
Identificar los métodos de aprendizaje.
Elaborar las actividades como estrategias de aprendizajes.
Organizar los contenidos usando la arquitectura del conocimiento.
Concensuar los criterios para la evaluación diagnóstica, formativa y sumativa.
Una vez identificados los cuatro elementos fundamentales del currículum para el diseño de una unidad de aprendizaje, se puede recurrir a la técnica del modelo T que permite integrar a las capacidades/destrezas, valores/actitudes, contenidos y métodos de aprendizaje en una sola página. Esta técnica permite que los cuatro elementos básicos del currículum sean percibidos de una manera global y desde la cual el profesor/a y el alumno/a puedan construir una imagen mental útil para su actuación de una unidad de aprendizaje o tema.
En este modelo curricular se integran los elementos básicos de la cultura institucional y se facilita su desarrollo, generándose una nueva lectura de la visión y la misión institucional, adecuándose estas a la sociedad del conocimiento donde se manejan códigos y lenguajes actualizados; esto implica una nueva lectura del Proyecto Educativo Institucional (PEI).
Finalmente, el uso de este nuevo modelo curricular propicia la transición desde una escuela conductista centrada en la enseñanza, a la Escuela Refundada en el marco de la sociedad del conocimiento, centrada en el aprendizaje, cuya visualización se concreta en el desarrollo de herramientas para que los alumnos y alumnas aprendan antes y mejor.
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